5 Retos que nos topamos cuando criamos niños bilingües y cómo superarlos

  1. Ser la única fuente de input de tus hijos

Es claro que entre más fuentes de input tu niño tenga, más reconocerá la funcionalidad de la lengua minoritaria. Si por el contrario sólo mamá es la que me habla en su lengua materna, esto no será “tan cool” como hablar la lengua que hablan mis amigos.

Sin embargo, hay diferentes formas de que ellos reconozcan el valor de esa lengua. Haz que amen y se identifiquen con tu cultura desde pequeñitos. Muchos dicen “lengua es cultura”, desde mi perspectiva lingüística la la cultura es un puente de identidad que te despertará el interés por la lengua. Tengamos en casa una esquinita cultural con fotos y recuerdos del país donde se habla la Lmin y despertamos su curiosidad por medio de música, baile y comida. Sí comida, aunque no lo creas. Mi hija y yo jugamos que estamos en un programa de televisión costarricense y mientras cocinamos picadillo o gallo pinto, vamos nombrando los ingredientes en español y se ríe cuando yo digo: “ay amigos televidentes a mi hija le encanta comer gallopinto en las mañanas”… (auque no le gusten tanto los frijoles se los termina comiendo porque los amigos telvidentes la están viendo jajaja).

  1. Que tu pareja no entienda tu lengua materna

En los estudios de mantenimiento y cambio lingüístico (Fishman 1991) se ha reconocido que en las dinámicas familires donde la pareja no comprende la lengua minoritaria, hay más pérdida de la herencia lingüística y esto es lógico. No queremos excluir a nuestra pareja de algunas conversaciones o a veces queremos hablar con nuestros hijos pero que papá o mamá también entiendan. Sin embargo, esto afecta a que no seamos consecuentes en el uso de la lengua meta y los niños al ser seres pragmáticos y saber que mamá también entiende la otra lengua hará que se repitan patrones de uso de una sola  lengua en casa.

Entonces ¿cómo lo manejamos?

Habla con tu pareja y explícale la importancia que tiene para tí el hablar con tus hijos en esa lengua. Aunque a veces sea incómodo, trata de mantenerte consecuente usando la lengua meta con los niños y traduce para él.

Llega a un acuerdo, pueden escoger un momento del día donde la persona que no entienda la Lmin también la aprenda. A los niños les encanta intercambiar papeles o jugar juegos de rol. Si tu pareja está dispuesta tomen 30 min al día o algún momento a la mesa donde se practique vocabulario de la casa, jugando “veo algo que tu no ves…” o usando “un asistente monolingüe” (un muñeco que sólo hable español). Dile a tu pareja que use “duolingo” jaja es una excelente App gratis para aprender lenguas de manera fácil invirtiendo 5 min al día.

  1. Poco apoyo de la comunidad en la que vives (cursos)

Desde la perspectiva de las políticas lingüísticas familiares a esto le llamamos “recursos de control externo de la lengua”. Es decir, tratamos de buscar en el ambiente sociolingüístico un apoyo a la crianza dentro de casa. Sin embargo, a veces este apoyo es difícil de encontrar.

¿Qué podemos hacer?

Pregúntale siempre a personas del país, no importa si son bilingües o no. A veces desconocemos información de cursos u ofertas para niños.

Busca en internet usando la lengua mayoritaria, es claro que te dará más resultados. Por ejemplo en Alemania algunas bibliotecas públicas ofrecen tardes de lectura bilingüe. Si de verdad no encuentras nada, opta por recursos online, cursos de lengua para niños, cuentacuentos, música, etc. Mira en el blog www.mamallamalinguist.com Corrie tiene infinidad de ideas en su página. 😉

  1. El tener pocos recursos en la lengua minoritaria

Es frustrante pasar por librerias con material y libros preciosos y ver que todo está en la lengua mayoritaria y la mayoría de veces pedir ese libro en español u otra lengua es muy caro.

Si no hay invéntatelos.

El controlar el ambiente lingüístico de casa se llama “estrategias de control interno” y son muy efectivas para que la lengua meta se mantenga viva.

Hasta la fecha mi hija cree que algunos libros que tiene en alemán son “solo en español” y esto es porque siempre los traducía en mi cabeza y se los “leía en español”, no es muy efectivo para la lectura si siempre tienes que traducir primero y hacer pausas, así que tómate el tiempo y si puedes traduce un par, pega notas en el libro en español y lee tus propias traducciones (a mi me funcionó muy bien).

Los materiales para imprimir en casa son nuestros aliados, hay miles de recursos gratis dependiendo de la edad. Tarjetas de vocabulario, tableros de juego, etc. https://miradaespecial.com/category/blog/ tiene materiales descargables preciosos. El libro de la psicóloga infantil Claudia Soruco “All about me” te da dos semanas completas con ideas y con materiales imprimibles y a un precio es muy accesible. El  libro de Corrie Wiik “Learn spanish en casa” te ofrece muchas ideas, desde suscripciones hasta lista de spotify. Así que no dudes en invertir en este tipo de recursos que te ayudarán a fomentar el uso de la lengua meta.

  1. Que tus niños se nieguen a hablar la lengua

Este es uno de los retos más difíciles con los que nos encontramos. A veces los niños se niegan a hablar la lengua meta. Hay tres componentes que nos ayudarán a entender por qué esto pasa: 1. la automonía del niño, 2. la competencia lingüística que tenga y 3. la vitalidad etnolingüísitca que tenga la Lmin, es decir el prestigio que esa lengua tenga en la sociedad, así como la funcionalidad que le demos.

¿Qué hacer?

  1. Crea un ambiente monolingüe entre tú y tu hijo, es decir habla con el la lengua que deseas que hable.
  2. Usa estrategias de respuesta parental que le den las herramientas que le falta, por ejemplo repite lo que dijo en la otra lengua, en tu propia lengua para que él/ella sepa cómo decirlo.
  3. Hazlo con amor y mucha paciencia. El happylingual approach es uno de los aspectos que más toco en mis charlas para padres porque es una manera de los niños relacionen el hablar esa lengua meta con algo positivo y divertido. El juego es uno de tus mejores aliados.

“Maintain an effective balance between being serious about your bilingual aim and playful about your approach” A. Beck

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